1. Comer nueces protege el corazón
Comer frutos secos protege el corazón y el sistema cardiovascular. El consumo de frutos secos se ha relacionado con un riesgo un 30% menor de padecer enfermedades cardiovasculares (Aune 2016). Los frutos secos contienen, por ejemplo, grasas insaturadas, proteínas de origen vegetal, arginina, antioxidantes, polifenoles y fibra, que actúan favorablemente contra los factores de riesgo de las enfermedades cardíacas. El consumo de frutos secos también reduce el colesterol total, el colesterol LDL y los triglicéridos, y mejora la relación entre el colesterol total y el colesterol HDL.
2. Los frutos secos ayudan ligeramente a mantener el peso
Los frutos secos contienen mucha grasa y calorías, pero en contra de la creencia popular, no provocan un aumento de peso, más bien se ha visto que consumir frutos secos tiene un efecto inverso en el aumento de peso y el riesgo de obesidad (Eslami 2019). El porcentaje de grasa del cuerpo puede bajar especialmente cuando se consumen frutos secos en lugar de alimentos menos saludables (Guarneiri 2020). Los frutos secos provocan sensación de saciedad y mantienen el hambre a raya; además, se ha observado que se absorbe entre un 5 y un 30% menos de las calorías que contienen (Gebauer 2016, Baer 2018).
3. Comer nueces reduce el riesgo de diabetes
El consumo de frutos secos se ha relacionado con un menor riesgo de diabetes tipo 2 en encuestas poblacionales (Aune 2016). En el estudio controlado PREDIMED, se observó que el riesgo de contraer diabetes tipo 2 era un 52 por ciento menor para quienes comían 30 gramos de nueces al día como parte de una dieta mediterránea en comparación con quienes se adherían a la dieta de control (Salas-Salvadó 2011). También se recomienda comer frutos secos a los diabéticos, ya que el consumo de frutos secos mejora la regulación de los niveles de azúcar en sangre y puede reducir la necesidad de tomar medicamentos para reducir el azúcar en sangre.
4. Comer frutos secos preserva la función cognitiva
Durante un estudio de cuatro años de duración, se observó que los integrantes del grupo que seguía una dieta mediterránea con la inclusión de frutos secos obtenían mejores resultados en las pruebas de memoria (Valls-Pedret 2015). En otro estudio chino, se observó que quienes comían al menos 10 gramos de frutos secos al día tenían un 40 por ciento menos de riesgo de sufrir un nivel cognitivo deficiente (Li 2019). Los mejores frutos secos para la memoria son seguramente las nueces.
5. Comer nueces previene las enfermedades degenerativas del sistema nervioso
Según un estudio de cohortes y un metaanálisis, el consumo de frutos secos tiene una fuerte relación con un menor riesgo de morir por enfermedades neurodegenerativas (van den Brandt 2015). El efecto protector puede explicarse por las grasas buenas y los antioxidantes que contienen los frutos secos, así como por el hecho de que los frutos secos tienen un efecto positivo en el microbioma del intestino. Además, este último afecta positivamente al cerebro.